sábado, 21 de noviembre de 2009

Desmontando a Luitingo... (Capítulo 2)

Vuelvo a ustedes y me entrego de nuevo como se entregó Falete ante aquel angosto callejón y dijo apesadumbrado: - Yo por ahí: ¡no paso!.

Y vuelvo para seguir “desmontando a LUITINGO” como si fuera un Mister Potato al más puro estilo Trianero, os voy a contar un castigo, uno bastante especial, os pongo en situación privilegiada: Coge mi madre (sin ningún tipo de razón lógica y mucho menos de escrúpulos) y nos castiga sin salir en todo el fin de semana (¿a santo de que miarma?), seguramente que sería sin ningún motivo aparente, nada más tenéis que fijarse en las dos caritas nuestras, son de no haber roto un plato en la vida…ni un plato de cerámica de la cartuja, ni un cuadro de florecitas, ni una figurita de porcelana pero nunca de verdad ¿en?, y mucho menos jugando al fútbol en la casa de cincuenta y tantos metros y pico, solo recuerdo que era jueves… haz un breve viaje a la parte de tu cabeza donde esta aposentada la imaginación y úsala para pensar un poco en dos prendas como nosotros un fin de semana encerrados totalmente. Bueno llega el viernes por la tarde y después de un duro día de lecciones y deberes por doquier, inocente de nosotros, nos dirigimos hacia la calle, en silencio y armonía, pero: ¿Qué pasa? ¿Quién está en el sofá pegando media cabezada y con un ojo puesto en todos y cada uno de nuestros ágiles y sutiles movimientos? Efectivamente, Rocío Magro Moreno, mi madre, la del castigo, la que seguramente, y así investigaciones recientes me lo corroboran desde la universidad de Oxford, es nieta lejana por parte de su… madre de: la madrastra de la peli de Blancanieves. Bueno pues coge, se despierta y nos deja muy claro que el castigo sigue en pie, sin importarle que LUITINGO y yo tuviéramos que bajar rápidamente a la placita que estaba a punto de jugarse una gran “alemana”, que el que no sea futbolero le diré que no es nada sexual, así que nos quedamos en casa, fue pasando la tarde y mi padre abandonó el barco ya que tenía que ir con mi madre a un “mandao”, nos dejaron solos y he aquí lo bueno: LUITINGO me mira a mi, yo miro a LUITINGO y los dos miramos a “EL DISCO SIN ABRIR DE `MUSIQUITO´”, lo cogemos, lo abrimos, miramos que número de track es aquel temazo llamado “¿Dónde esta la mosca?”, encendemos la mini cadena, el volumen al máximo como los kies cuando ponen a Daddy Yankee y con los ojos envueltos en lágrimas de pura emoción presionamos el `play´ y ......

… Y viví el mejor castigo de mi vida, ver a ese LUITINGO en el balcón cantando y bailando ese temazo llamado “¿Dónde está la mosca?”, eso no tiene nombre, la gente pasaba y se quedaba perpleja, no sabían si reírse o llamar a los bomberos, bailamos el disco entero, era de poca vergüenza, la música a volumen, los dos en pijama, en fin, momentos que no se volverán a repetir, porque uno se hecha novia y de verdad que…

Lo demás es historia, cuando mis padres se enteraron del espectáculo al siguiente fin de semana tampoco salimos, ni el siguiente, ni el de después, 4 fines de semana castigados por culpa de la puta mosca, moraleja: Comprarse el disco de Camela que son más del pueblo.

Espero que les siga gustando tanto como el primer capítulo de “Desmontando…” y que si me ven por la calle no se asusten y salúdenme que en persona no soy tan feo como en los vídeos del YouTube. Seguiremos con la vida de LUITINGO en otros capítulos que están por venir.

2 Comentarios:

Anónimo dijo...

esto lo certifico yo, que despues de lo de musiquito os tube que llevar al psicologo,jajaja un beso de vuetro padre que os adora SELE

muralla dijo...

tu de verda cree k la gente te va a comenta estas cosas????jajajaja ea po yo si!tk oreja!